Articolo pubblicato sul giornale CORREO DEL ORINOCO
Israel, un claro ejemplo del doble rasero del imperialismo
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Israel, un claro ejemplo del doble rasero del imperialismo
Mientras el mundo de hoy, especialmente EE. UU y los países europeos, fingen reivindicar los derechos humanos y la defensa de las naciones oprimidas, el imperialismo occidental ha cerrado sus ojos ante los crímenes de Israel dentro de los territorios ocupados y ante sus ataques contra los vecinos, y es como si hubiera un doble rasero que se encuentra el mundo entero en un lado, que enfrenta el rechazo y el reproche por cada gestión y acción, y en el otro lado se encuentra el régimen sionista, al que se le permite realizar cualquier acción contra la nación oprimida de Palestina y sus países vecinos como el Líbano, Siria, Irak entre otros.
En este sentido, Israel tiene derecho a atacar a cualquier país por cualquier motivo o razón y, por ejemplo, ocupar el sur del Líbano, hacer ataques aéreos con misiles a territorio sirio entre otros. A cambio, Estados Unidos reafirma reiteradamente que está comprometido con la seguridad y la defensa de este régimen.
Israel tiene derecho a tener un gran arsenal de armas nucleares y a poseer entre 80 y 400 ojivas nucleares en sus arsenales y no ser miembro de ninguna convención sobre la no proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas de destrucción masiva (TNP), mientras que otros países Incluso si cooperan con dichas organizaciones, estarían sujetos a las estrictas y minuciosas investigaciones así mismo bajo la presión de los países imperialistas.
En los últimos años, Israel ha atacado las instalaciones nucleares de Irak (Ozirak) y Siria (Deir-al-Zour), ha atentado contra la vida de los científicos nucleares de Irán e Irak, pero no ha rendido cuenta ante ningún tribunal. Mientras tanto el régimen sionista somete a sus oponentes (tanto palestinos como no palestinos) a atentados terroristas en los territorios ocupados de Palestina como en todas partes del mundo y los martiriza.
Este comportamiento terrorista de los sionistas en el marco del doble rasero del imperialismo no se considera un error, pero si países como Venezuela e Irán al llevar a juicio a uno de sus oponentes, se enfrentarían con las polémicas mediáticas de los EE.UU. y los países europeos y las Organizaciones de derechos humanos clamarían reivindicando el respeto a los mismos.
La comunidad internacional anhela y espera entusiasmadamente que, con la reducción de la hegemonía estadounidense y la transición del mundo desde la unipolaridad y el colapso del imperialismo Occidental, el apartheid del régimen israelí también se enfrente al declive y la aniquilación. Cuando el heroico pueblo del sur del Líbano y de Gaza se alzó contra la avaricia de este régimen, prometieron al mundo que la era del apartheid había terminado e Israel no debería continuar con tal actitud.
Hace años que la República Islámica de Irán propuso realizar elecciones libres bajo la supervisión de las Naciones Unidas en los territorios ocupados con la participación de todos los grupos, etnias y religiones, incluidos cristianos, judíos musulmanes y cualquiera que sea el resultado, determinaría el destino del futuro de Palestina.
Seguramente el futuro pertenece al pueblo oprimido y sufrido de Palestina, que ha sido privado de sus más básicos derechos humanos durante 75 años. La discriminación racial y religiosa de Israel está condenada a la aniquilación y ningún imperialista puede cambiar este destino, porque la voluntad de la comunidad internacional se ha concentrado en la abolición de apartheid, tal como fue suprimido en Sudáfrica, el apartheid y la discriminación racial deben ser aniquilados en Israel.